Cuando hablamos de rehabilitación neurológica, muchas veces el foco se pone únicamente en el cuerpo: cuánto te mueves, cuánto avanzas o qué logros alcanzaste. Pero existe otra dimensión igual de importante: lo que sientes mientras atraviesas este proceso.
El psicólogo Cristóbal San Martín recuerda que las emociones también son parte de la recuperación y merecen un espacio dentro del camino terapéutico.
Sentir es parte de sanar
Durante la rehabilitación es normal experimentar emociones intensas: frustración, rabia, miedo o tristeza. Incluso es común que un día tengas mucho ánimo y al siguiente sientas que no quieres nada.
Esto no significa que estés retrocediendo, sino que eres humano y estás viviendo una experiencia compleja. Todas las emociones, incluso las contradictorias, forman parte de este proceso.
Ninguna emoción es incorrecta
Tal vez extrañas tu vida antes de la lesión. Tal vez te duele depender de alguien más. O incluso puedes sorprenderte sintiendo alegría en medio de todo, para luego culparte por ello.
Es importante recordar: no existe una forma “correcta” de sentir. La salud mental no significa estar siempre positivo, sino aprender a reconocer lo que pasa por dentro y permitirte sentirlo sin pelear contra ello constantemente.
Estrategias para cuidar tu bienestar emocional
Estos gestos simples pueden ayudarte más de lo que imaginas.
- Habla con alguien de confianza. Conversar puede aliviar y dar perspectiva.
- Date un respiro. Tómate un momento para respirar o descansar cuando lo necesites.
- No te exijas de más. Acepta que hay días con menos energía y está bien.
Pedir apoyo también es avanzar
Si en algún momento sientes que las emociones te sobrepasan, recuerda que no estás solo. Pedir ayuda profesional es parte del camino y también significa progresar.
La recuperación neurológica no trata solo de mover el cuerpo: también implica aprender a sostener lo que sientes. Y esa es, sin duda, otra forma de rehabilitación.